Algunas cosas que hemos aprendido al convertirnos en padres adoptivos de una niña que llegó en edad preescolar.
- Muchas veces pensarás: “¿en qué me metí?”, “¿seré capaz?” La respuesta es sí. El miedo se apoderará de ti en varias ocasiones, pero nunca te olvides que fue tu valentía y fortaleza las que te tienen aquí.
- Todos te darán consejos y, cuando estés en el ojo de la tormenta, es muy probable que los tomes todos. Muchas veces tendrás que tomar distancia para ordenar tu mente y corazón.
- Cuando sientas que algunas experiencias te superan y que, supuestamente todo está mal, esfuérzate y piensa también en los buenos momentos que estás construyendo con tu hijo/a: sentir su olorcito, abrazarlo y besarlo todos los días, sus caras de sorpresa y alegría, escucharlos decir “te quiero mucho”. Siempre recuerda que: No hay nada tan bueno que no tenga algo malo… y no hay nada tan malo que no tenga algo bueno.
- Perdónate. Más de una vez te sentirás culpable o pensarás que eres una mala madre o mal padre. Sólo recuerda estas tres cosas:
- Nadie te enseña a ser madre/padre (cliché, pero cierto).
- Todo lo que estás haciendo lo haces desde el amor.
- Será una nueva oportunidad para hacerlo mejor.
- Busca apoyo, acompañamiento o ayuda. Tu hijo/a no quiere ni necesita superhéroes, sino madres y padres estables que puedan manejar sus temores y frustraciones, y que lo ayuden a transitar por el proceso de adaptación – y lo que llamamos la vida misma.
- (Es probable que) Te alejes de tus amigos y familiares. No porque quieras, sino porque tiene que ser así. Estarás agotado/a, agobiado/a, frustrado/a, triste y mal humorado. Es NORMAL. Y tus amigos y familiares así lo comprenderán. De lo contrario, ayúdalos a que entiendan por lo que estás pasando (comunícate) y te sorprenderás de las reacciones positivas que recibirás.
- Te sentirás que estás bajo una lupa constantemente. “Eres demasiado permisivo/a”; “eres demasiado exigente”; “eres demasiado aprehensivo/a”; “relájate”; “preocúpate”. Todos opinarán y sentirás que están analizando cada actuar tuyo y de tu hijo/a. “Él/ella se comporta así porque no es mamá/papá biológico”; “ese niñito o niñita es así porque es adoptado/a”. Hay que romper con las fantasías de los otros y educarlos.
- Trabaja en equipo:
Si tienes pareja, armen una rutina donde puedan apoyarse el uno al otro. Que cuando uno esté colapsado, sepa que está el otro para respaldarlo. Si eres soltero/a, intenta contar con una red de apoyo que te brinde espacios de calma o tranquilidad.
Asimismo, si estás en pareja, pónganse de acuerdo con los valores que le quieren transmitir a su hijo/a y definan cuál será su método de educación. Lo mismo aplica si eres soltero/a.
No se culpen ni critiquen. Ambos van a cometer errores.
En vez de discutir, saquen tiempo para conversar, repasar sus acciones, rescatar lo que hicieron bien y modificar lo que hicieron mal.
- Que tu mente no te juegue trucos. En el proceso de adaptación te sentirás agobiado por sentimientos y pensamientos. La explicación que se darán es “porque soy papá/mamá adoptiva”. Se sorprenderán de la cantidad de padres y madres biológicos que han sentido y pensado lo mismo que ustedes.
- Todo pasa. Y a medida que te vas fortaleciendo, vas armando tus propias reglas. Tus propios parámetros.
- Nadie conoce a tu hijo/a mejor que tú. Nunca lo pongan en duda.
- Te presionarás por ser un padre/madre perfecta. Pero recuerden, ¿quién lo es?
- Tu hijo/a trae su propia personalidad. Aprende a conocerla y a aceptarla. Verás cómo todo se vuelve más fácil.
- Cuando adoptas un niño/a en etapa preescolar, la gente – sin querer – no se da cuenta que es “similar” al estar con un recién nacido. Como ven a un niño/a “grande”, se olvidan que es la primera vez que están entablando vínculos como familia y no dimensionan que todavía hay ciertos procesos que no se han experimentado (los dan por sentado). Es decir, la edad cronológica de tu hijo/a no corresponde con el tiempo que llevan juntos, por lo que se debe vivir un tiempo de reconocimiento y acostumbramiento similar al de una pareja que son padres de un lactante. Como decimos en broma “recién paridos de una niña de tres años y medio”.
- Tómate TODO el tiempo que tengas disponible (durante el periodo de adaptación). Estás aprendiendo a ser papá/mamá, estás conociendo a tu hijo/a, estás intentado armar una rutina, tienes que velar por su salud y desarrollo (horas médicas, terapias, etc.), estás lidiando con pataletas. Es muy probable que tengas que ver los temas domésticos, además de otros roles como pareja, hijo/a y amigo/a.
Colaboración de mamá adoptiva.